Los comienzos me generan inquietud. No quiero tener expectativas positivas o negativas que me impidan reconocer lo que está pasando; no quiero juzgar las cosas como buenas o malas; quiero estar cada vez más conectada conmigo, buscando una mayor coherencia para que mis acciones tengan sentido. Como no puedo hacerlo sola, acudo a la hermosa oración que escribió Antoine de Saint Exupery:
“No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos (...) dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario (...) hacer cada cosa de mi presente lo mejor posible, y reconocer que esta hora es la más importante. Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien. Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar. Envíame en el momento justo a alguien que tenga el valor de decirme la verdad con amor. Haz de mí un ser humano que se sienta unido a los que sufren. Permíteme entregarles en el momento preciso un instante de bondad, con o sin palabras. No me des lo que yo pido, sino lo que necesito (…) ¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!”.
Es importante que identifiquemos cómo queremos vivir este año que empieza, entendiendo que el futuro no es otra cosa que la suma de muchos presentes y que nuestras acciones pueden hacer la diferencia. Caminar en medio de la incertidumbre y complejidad requiere dos tareas: el viaje interior que nos permite ser más coherentes con nosotros y estar conectados con lo que de verdad es importante; observar lo que pasa a nuestro alrededor, en el entorno y en el panorama global, buscando una mejor comprensión, tomar consciencia, poner en perspectiva nuestras circunstancias, y reconocer cómo podemos contribuir a ese futuro en el que queremos vivir.
“Colaboración para la era inteligente” es la propuesta del Foro Económico Mundial para la 55.a Reunión Anual, enero 20 al 24 de 2025. Una invitación acompañada de preguntas: ¿Cómo trabajar juntos en una agenda práctica y centrada en las personas? ¿Cómo abordar desafíos comunes, desde el cambio climático hasta la ética en la Inteligencia Artificial? Cinco temas definen la ruta para estos días: Restaurar la confianza para descubrir nuevas vías de colaboración. Repensar y revitalizar el crecimiento. Invertir en las personas, competencias y empleo, para una sociedad moderna y resiliente. Proteger el planeta a través de alianzas innovadoras, mayor financiación y tecnologías que aporten a las soluciones. Fortalecer el papel de los empresarios en la transformación de sus sectores.
Tal vez usted, al igual que yo, piense que estos espacios son infructuosos. El individualismo, las acciones desconectadas, la polarización, la falta de empatía y compasión, la ambición desmedida de poder, que hoy predominan en la mayoría de escenarios son obstáculos que no vamos a superar si cada uno no hace algo. El profesor Otto Scharmer (Presencing Institute MIT), basado en la idea del premio Nobel Ilya Prigogine “pequeñas islas de coherencia en un mar de caos tienen la capacidad de elevar todo el sistema a un orden superior”, plantea la necesidad de trabajar juntos en la creación de estas pequeñas islas que permitan cambiar el rumbo. Coherencia que empieza por cada uno a través de ese viaje interior que mencionaba al comienzo, el cual nos permitirá fortalecer competencias fundamentales para vivir y trabajar de manera colaborativa. No esperemos que otros lo hagan ¿Cómo puedo contribuir, desde mis circunstancias, a esta coherencia que hoy necesitamos como humanidad?