Foto | Universidad Autónoma de Manizales | LA PATRIA
María Oianguren Idigoras, directora del Centro de Investigación por la Paz Gernika Gogoratuz.
María Oianguren Idigoras, directora del Centro de Investigación por la Paz Gernika Gogoratuz de España, llegó hoy, 15 de enero, a Manizales para conocer los avances del proyecto que adelantan junto con la Universidad Autónoma de Manizales.
Desde octubre del año pasado ambas instituciones se propusieron empoderar a mujeres indígenas y campesinas de Caldas para el reconocimiento de derechos, con la financiación de la Diputación Foral de Bizkaia.
Oianguren Idigoras habló con LA PATRIA sobre la fundación y el impacto de sus procesos.
¿Cómo nace el Centro Gernika Gogoratuz?
Se constituyó hace 38 años para la conmemoración del 50 aniversario del bombardeo de Gernika. Estamos hablando del 26 de abril de 1935. La Villa vizcaína fue bombardeada en la Guerra civil española. Es un símbolo del horror de la guerra y las violencias, debido a que fue un bombardeo contra población indefensa. Entonces, el Parlamento Vasco decide crear un centro de estudios por la paz en la Villa, que parte del recuerdo histórico que he mencionado, pero que su objetivo es contribuir a la paz.
¿Cómo contribuyen a la construcción de paz?
Los primeros años iniciamos programas educativos en el ámbito de la memoria y la cultura de paz. Tenemos redes importantes con las universidades vascas y otras universidades españolas. Además trabajamos con distintas organizaciones que procuran hacer un trabajo en la defensa de los derechos humanos, posicionar la paz y la convivencia pacífica y articulamos las propuestas de marco conceptual o académicas con con enfoques territoriales, artísticos o feministas dirigidos a fortalecer sociedades democráticas.
¿Cuándo llega la fundación a Colombia?
Llegamos a Colombia en 1998, en concreto al departamento de Caquetá. Allí pusimos en marcha, acompañados de la Universidad de la Amazonía y otras organizaciones sociales, programas de cultura de paz y derechos humanos. Y desde hace siete años trabajamos con la Universidad del Tolima.
¿Por qué vienen a Manizales?
A la Universidad Autónoma de Manizales llegamos a través del profesor Jorge Álvarez. Establecimos conversaciones que nos llevaron a formular el proyecto que está en marcha, y que consideramos muy interesante porque recoge propuestas que veníamos trabajando en otros territorios: Acompaña iniciativas, en este caso, de mujeres campesinas e indígenas y las pone a intercambiar esos saberes prácticos, no solamente teóricos, que van ambos de la mano. A partir de ahí desarrollamos una línea que se llama territorios en conflicto.
¿Con qué se encuentran en la U. Autónoma?
Estamos muy contentas de tener la oportunidad de estar en Manizales. Este proyecto trata de hilar iniciativas. Juntos somos capaces de imaginar futuros más justos y sostenibles y de empezar a hacerlos en realidad; recoger para ello la memoria de otras iniciativas que están en marcha en otros lugares y que entre todas, y como bien dice el título del proyecto 'Hilando capacidades', podemos crear y sostener la vida en distintos territorios.
El proyecto ha vinculado a más mujeres de lo planteado, ¿qué representa esto para ustedes?
Estoy muy contenta, porque detrás hay mucho trabajo, compromiso y personas implicadas. Hay esperanza y ganas de seguir aprendiendo, porque siempre estamos aprendiendo, y cuando esos aprendizajes se dan en colaboración con otras personas enriquecen el trabajo.
¿Cómo ven a Colombia en los procesos de paz?
Desde hace más de 20 años, desde el Ayuntamiento de Gernika, se otorgan unos premios por la Paz y la Reconciliación. Hace dos años ese premio fue asignado al trabajo que realizó la Comisión de la Verdad. Colombia es un es un país que tenemos muy cerca, porque aparte de compartir idiomas e historias de conflicto y violencia trágicas, ha habido muchos procesos y proyecto que permiten ver también una sociedad emergente con ganas de mirar hacia adelante, pero sin olvidar acontecimientos y situaciones que requieren ser recordadas, reparación y garantías de no repetición.
¿A cuántas personas ha impactado el Centro?
Sería incapaz de medirlo. Espero que a muchas, porque han sido 38 años de trabajo ininterrumpido, de haber participado en un montón de redes nacionales e internacionales. El trabajo de construcción de paz es un trabajo para aumentar las capacidades de las personas y las comunidades. Nuestro trabajo es fortalecer capacidades, reducir vulnerabilidades. Espero que podamos llegar a muchas personas porque en una sociedad democrática caben todas las personas. Es la primera vez que estamos en Manizales y creo que no va a ser la última.
El proyecto trabaja con la Asociación de Mujeres Indígenas del Resguardo de Orígenes Colonial Cañamomo Lomaprieta, de Riosucio, y con el colectivo de Eco Heliconias, de Samaná. Ha llegado a 162 mujeres.
Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.
Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y en nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.