LA PATRIA | MANIZALES

La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) puede frenar el tiempo para las empresas. De esa entidad depende que San Juanitas Empanadas cumpla 13 años en Manizales, en febrero del 2025.

Laura María Zuluaga Hernández sonríe para las campañas de su emprendimiento, pero fuera de cámaras dice que perdió la alegría de vivir después de la pandemia por covid-19. Ella es la copropietaria del negocio de comida que enfrenta semanas definitivas.

La caída de las ventas y los altos intereses son los virus que infectaron su negocio en el 2020. Desde entonces, una deuda con la DIAN crece como una bola de nieve cada año.

"Mi día a día es mirar qué moneda me queda en el bolsillo y decidir en qué destinar los $300 mil o $400 mil que nos quedan. No nos alcanza para comer. Somos sostenidos por una familia y amigos amorosos que nos han dado la mano", narra.

Según Laura, el negocio ha declarado impuestos cada mes, pero desde el 2020 no han podido costearlos porque sus ventas cayeron, sumado a que bancos públicos (Bancóldex y el Fondo Nacional de Garantías) y privados no les dieron un salvavidas en forma de crédito. "El camino es pagar impuestos y ser legales. Con el efectivo recaudado escogíamos si comían los empleados o le pagábamos a la DIAN. Así terminamos en este rollo", lamenta.

"Es difícil ser legal porque al que está fuera del sistema no lo persiguen", afirma Laura Zuluaga, copropietaria de San Juanitas Empanadas.

 

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Ultimátum de la DIAN

San Juanitas Empanadas nació en Plaza 51. Se mudó y tiene tres puntos en Manizales: en El Cable, frente a Urgencias del Hospital de Caldas y en La Enea.

A mediados del 2023, la DIAN les notificó a Laura y su esposo, Óscar, que el saldo negativo era de $90 millones. Desde entonces, indican, le han consignado dinero al Estado tres veces:

1. Septiembre del 2023: $25 millones.

2. Febrero del 2024: $27 millones.

3. Diciembre del 2024: $7 millones donados por ciudadanos.

A pesar de esos giros, Laura explica la deuda actual solo se redujo a $86 millones. Cuestiona que los intereses anuales del 40,4% han castigado su bolsillo y han prolongado los números rojos. También reconocen que han fallado y no han cumplido con el acuerdo de pago a tiempo.

"Solo necesitamos tiempo. No hay desconocimiento de deudas. A todo el que le debemos le pagaremos", pide.

Este martes (10 de diciembre) la DIAN accedió a ese pedido y concedió un plazo hasta el 13 de enero del 2025 para pagar todo el dinero. De no cumplir, iniciará el embargo del negocio que anunció el 18 de noviembre pasado.

 

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"Modo supervivencia"

El 18 de noviembre pasado, la DIAN resolvió embargar San Juanitas Empanadas. Sin embargo, el negocio llegó a un acuerdo de pago con plazo hasta el 13 de enero del 2025.

Durante un año y medio de férreas restricciones sanitarias, la emergencia global enfermó las finanzas de San Juanitas Empanadas. Su dueña estima que en ese lapso la venta de empanadas cayó entre 80% y 90%. Según Zuluaga, el negocio está en "modo supervivencia" porque no tiene cómo financiar el día a día de la empresa, el endeudamiento y los impuestos.

"Se nos fue la alegría de vivir. Gracias a terapias nos hemos equilibrado un poco. Antes teníamos la comida asegurada, los empleados estaban tranquilos. Podía pensar en cosas distintas a cómo conseguir plata. Mis hobbys se convirtieron en idea de negocio tras idea de negocio. El dinero se vuelve una obsesión y uno no tiene paz. Nunca es suficiente plata para estar tranquilo otra vez", retrata sobre su rutina.

 

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Salarios o deudas

En Manizales, San Juanitas Empanadas recauda fondos con actividades para pagar su deuda con la DIAN. Tiene hasta el 13 de enero para cumplir con sus obligaciones.

San Juanitas Empanadas inició el 2020 con la expectativa de que fuera su mejor año, incluso iba a construir un punto de venta. Sus dueños pensaron que la crisis por pandemia sería pasajera.

"Nos endeudamos con terceros para sostener el empleo de 20 personas en tres locales. Priorizamos los salarios de los trabajadores. Nos endeudamos para pagarles porque el local no vendía. Decidimos posponer a la DIAN, tal vez por ignorancia. Pensábamos que allá y en los bancos nadie se muere de hambre. Eso nos explotó en la cara", reconoce.

Hasta los padres de Laura hipotecaron su casa para que no desaparezcan las empanadas de chicharrón y queso, dos de los productos más solicitados en San Juanitas. Así se unieron a amigos y otros familiares de la empresaria que le prestaron dinero para que el negocio sobreviviera en pandemia.

Estos compromisos les dejaron obligaciones por $400 millones, sin contar impuestos. De ese monto ya han pagado $100 millones, según Laura.

Visitas a domicilio, una 'ruta de empanadas', promociones y combos son estrategias que han intentado para oxigenar sus ingresos y compensar dos puntos golpeados tras la pandemia:

• "Ya no hay tanta rumba en El Cable. Antes trabajábamos desde el amanecer, de jueves a lunes", reseña Laura.
• "Las tiendas del Centro de Manizales cierran más temprano, entre las 6:00 p. m. y 7:00 p. m. El mejor horario para vender empanadas antes era de 7:00 p. m. a 9:00 p. m. Por eso cerramos ese punto".

 

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Apoyo a San Juanitas

La solidaridad no caduca, reflexiona Laura. "Necesito ayuda. Hay personas que preguntan cuántas veces voy a pedirla. ¿Tenemos fecha de vencimiento para solicitarla? Cuando pude ayudar a otros, lo hice. Pido solidaridad y que nos compren. Muchas personas sufren en silencio y así llegan la ansiedad y la depresión".

El espíritu navideño es una esperanza para San Juanitas, que vende boletas a $20 mil para la rifa de un marrano, licor, una caja de empanadas, natilla, buñuelos y efectivo. La meta es recaudar $47 millones para pagarle a la DIAN y conseguir un crédito complementario.

Además, reciben donaciones a la cuenta de Nequi del número 311 355 17 92.

 

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Hasta la última gota

San Juanitas Empanadas es un negocio manizaleño que se enfrenta a semanas definitivas para mantenerse a flote. Tiene hasta el 13 de enero para pagarle $86 millones a la DIAN, una cifra rellenada por intereses anuales del 40,4%. La empresa pide apoyo ciudadano y organiza una rifa navideña para recaudar fondos.

"Estamos exprimiendo a San Juanitas hasta la última gota. Nos permite pagar el endeudamiento a las personas. En meses muy duros nos queda faltando y le pagamos a uno, pero no al otro. Tapamos un roto y destapamos otro. Si cierro ya, no tengo cómo pagarles a mis familiares", argumenta Laura.

En todo el país, negocios como San Juanitas deben invertir para cumplir con las exigencias de la DIAN: renovar cajas registradoras, comprar un nuevo sistema y pagar el software de facturas electrónicas. "La DIAN no pone los aparatos ni el computador. Ponen una fecha límite para facturar así", cuestiona la copropietaria.

Ella también anota que las redes sociales y la publicidad son inversiones que deben asumir las empresas para mantener sus marcas vigentes. "Cuando se es emprendedor, se debe pensar con el dinero en la mano, no con el corazón", dice para sí misma.

 

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Consecuencias penales

El artículo 402 del Código Penal precisa que quien no consigne las sumas retenidas o autorretenidas por concepto de retención en la fuente dentro de los dos meses siguientes a la fecha fijada por el Gobierno nacional se enfrenta a penas de prisión de 48 a 108 meses y una multa equivalente al doble de lo no consignado sin que supere el equivalente a 1 millón 20 mil unidades de valor tributario (UVT).

 

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"Es difícil ser legal"

Un agente retenedor es quien declara impuestos y no los paga, detalla Laura. "Es difícil ser legal porque a quien está fuera del sistema no lo persiguen", matiza.

 

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Al interior de San Juanitas Empanadas

Sandra Milena Cardona, trabajadora de San Juanitas Empanadas

Si cierran la empresa, me vería afectada. Muchas familias dependen del negocio.

 

Leidy Lorena Rivera, trabajadora de San Juanitas Empanadas

Si cierran el negocio o le pasa algo al jefe, nos arruinan.

 

Óscar Mauricio Hurtado, copropietario de San Juanitas Empanadas

Invito a las personas a comprar la empanada de chicharrón, nuestra especialidad. Es una combinación diferente y crocante. Queda perfecta con ají.

 

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