Es época de migración boreal de aves. Colombia es la puerta de entrada y la casa de unas viejas conocidas que vuelan miles de kilómetros desde el hemisferio norte hasta el trópico, en busca de mejores hábitats mientras pasa el invierno, cuando escasea el alimento.

“La vida es muy difícil y si uno es un pajarito migratorio, es más compleja todavía”, expresa Andrés Cuervo, profesor de la Universidad Nacional sede Bogotá y director de la Colección Ornitológica del Instituto de Ciencias Naturales.

Así lo detalla: “Su tiempo de reproducción es estrecho, en primavera tienen que sacar sus pollitos para que crezcan, acumulen la energía suficiente, la gasolina, para viajar desde Canadá o el norte de Estados Unidos, atravesar el golfo de México, el Caribe y Centroamérica hasta Sudamérica. En ese viaje muchos individuos mueren”.

La travesía no termina ahí

En ese trayecto pueden encontrarse con obstáculos como las ciudades que se expanden; las luces que las desorientan, ya que suelen moverse de noche; los edificios y sus vidrios se convierten en una barrera de cristal y en trampas mortales. Sin dejar de lado las tormentas tropicales, como Helene, por estos días, o los gatos que las cazan.

Como si fuera poco, en las zonas de refugio también hay amenazas, como la pérdida de hábitat por la deforestación, lo que hace 100 años era un bosque húmedo, hoy puede ser un potrero; o la falta de disponibilidad de insectos y plantas de las que se alimentan por cambios de temperaturas o aumento de lluvias.

Si sobreviven, deben enfrentar el viaje de regreso entre marzo y abril. “Los que la logran son los que van a reproducirse en ese corto tiempo, la población vuelve a tener un flujo nuevo, una nueva generación. Recuperan los números, entre comillas, para surtir el ciclo de nuevo”, indica Cuervo.

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No son extranjeras

Para el profesor, estas migratorias nutren la riqueza en aves de Colombia, no las cataloga como visitantes pasajeras, sino que llegan a acompañar a las que están todo el año, como azulejos y pinches. “Tienen su casa en Colombia, pero de manera temporal y esta temporalidad es predecible”, señala.

Explica que estos animales alados se sincronizan con las estaciones climáticas del planeta. Por eso, además de la migración boreal, en América, también se da la austral a mitad de año: cuando las aves de Chile, Argentina y Sur de Brasil buscan el trópico.

Por eso, para Cuervo, estas aves no son extranjeras, sino que su área de distribución es todo el continente, con zonas de reproducción y de migración. “Cuando hablamos de la reinita del Canadá no significa que sea canadiense, su área de distribución es toda la zona tropical. Es tan colombiana como canadiense, por ponerlo en algún término antropocéntrico”, afirma.

El ornitólogo enfatiza en que lo importante es que las zonas en las que aterricen cuenten con los recursos suficientes para concluir con éxito su regreso al norte. “Que puedan llegar con su plumaje nuevo y fresco, además de hacerlas aerodinámicamente más eficientes, arriban bonitas para buscar pareja y lidiar con todo lo demandante de la reproducción”, apunta Cuervo.

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Residentes y migratorias

Según la lista de la Asociación Colombiana De Ornitología, a enero de este año, en el país hay 1.675 aves residentes, que pasan todo el año en Colombia y se reproducen aquí; y 161 migratorias; 16 especies durante el invierno austral, y 123 en el invierno boreal”.

Foto | Cortesía Néstor Orozco (@nestor.orozco) | LA PATRIA

Piranga alinegra o escarlata (Piranga olivacea).

Reporte las migratorias en Caldas

El Grupo de Estudio de las Aves (GEA) promueve desde el 2021 un programa participativo de monitoreo de la llegada de las migratorias boreales en el departamento. Los avistadores comparten a través del grupo de Whatsapp de Aves Caldas los datos: identificación de la especie, número de individuos, lugar y fecha, nombre del observador y foto (opcional).

El geólogo y miembro del GEA Javier Salazar Arias explica que, aunque esperan tener datos consolidados de varios años para contrastarlos, han empezado a tener indicios de que aves acuáticas son las primeras que están llegando, finalizando julio o comenzando agosto; les siguen las reinitas, y entre los últimos están los picogrueso degollados.

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Reducir los choques

La licenciada en biología Jasbleady Castañeda y la ingeniera ambiental Gina Patiño lideran desde hace año y medio la Red Bogotana de Colisión de Aves (Rebeca) en la que recolectan datos sobre las colisiones de las aves en ventanas, el 80% son de migratorias.

“Chocan con más facilidad cuando los vidrios generan reflejo, un efecto espejo, en cercanías a zonas verdes y parques… las más propensas son las que consumen semillas, frutas e insectos”, explica Castañeda.

En su cuenta de Instagram @rebeca.aves dan recomendaciones para protegerlas como apagar las luces y cerrar las cortinas para evitar el reflejo; no alimentarlas, porque podrían alterar sus dietas y hábitos, y llamar a las autoridades ambientales si encuentran animales heridos, desorientados o en riesgo, entre otras.

October Big Day

En el año hay dos grandes pajareadas mundiales, el Global Big Day, que este año fue el 14 de mayo, y en el que Colombia logró el primer lugar con 1.526 especies registradas; y el October Big Day, en el que se incluye el conteo de migratorias. Será este 12 de octubre.

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