Ante una grosería insolente
Señor director:
Hace ya unos cuantos meses, fue la burda presentación con que en la inauguración de los Juegos Olímpicos se hizo befa de la representación de la Última Cena, y por consiguiente de la Sagrada Eucaristía instituida por Jesús. Ahora, es el grotesco y sacrílego recochineo con que una presentadora insulta y zahiere nuestra fe y respeto al sacratísimo Corazón de Jesús en la llegada del nuevo año. Primero en París, después en Madrid; mañana tal vez será en otra parte… Se burlan de nuestra fe, vomitan infamias contra todo lo que para nosotros es venerable y sagrado. Es la oleada que pretende arrastrar cuanto exprese un valor cristiano.
Me estoy refiriendo a lo sucedido en el programa “Las campanadas de fin de año” de la Radio Televisión Española, en el que una presentadora creyó ser graciosa exhibiendo, en gesto de infame procacidad, una “estampita”, -así la llamó- en la que aparece la imagen del sagrado Corazón de Jesús desfigurada por la sustitución del rostro del Señor por la figura de una vaca…
Hay realidades, certezas, imágenes, símbolos y objetos que para millones de seres humanos son venerables, merecen respeto. Monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal española, ha protestado contra esta infamia, y lo han hecho casi una decena de prelados de esa nación; lo mismo han hecho el grupo Abogados Cristianos, la asociación Hazte Oír, varios periodistas, y el Partido VOX. Sé que a la Conferencia Episcopal de Colombia le han llegado peticiones de un pronunciamiento; y pienso, modestamente, que sería consolador, loable y edificante que los episcopados de América y muchísimos católicos uniéramos nuestra voz en un coro inmenso para gritar nuestro rechazo a estas denostaciones que hieren nuestra fe. Hay, en los medios, una campaña de recolección de firmas con ese propósito. Yo ya estampé la mía, ojalá muchos lo hagamos. Y continuemos musitando amorosamente la jaculatoria que desde niños aprendimos de nuestros mayores: “Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío”.
Mario García Isaza