Crece la demanda de especialistas en cambio climático y protección del medio ambiente a nivel global, ya sea en la agricultura, el transporte o la energía, dado que la contribución a un futuro más ecológico para enfrentar los impactos del calentamiento global y el cambio climático son una preocupación en prácticamente todos los sectores de la sociedad, desde donde se reclama no sólo revertir graves efectos negativos sino también implementar estrategias y programas para no continuar deteriorando el medio ambiente.
Las funestas consecuencias del actual modelo de desarrollo, que ya se perciben y que sabemos afectarán de forma creciente y negativa tanto a los sistemas naturales como a los creados por el hombre, reclaman el talento profesional de ingenieros civiles, ambientales y afines que sean expertos en recurso hídrico e ingeniería sanitaria y el de consultores especialistas en desarrollo de capacidades en mercados de carbono, biotecnología y saneamiento, como también el de asistentes sénior de transferencia de conocimientos en tales campos.
Si bien el término “talento verde” no ha sido caracterizado y su uso aún es restringido, para poder contar con personas con formación y experiencia que tengan dichas competencias y que sean capaces de tomar decisiones adecuadas en los ámbitos señalados, se hace necesario además de explorar el mercado, conocer la relación que debe existir entre directivos sensibles al cambio y las prácticas en cadenas de suministro sustentable requeridas en cada ámbito donde se estén creando nuevas y diversas oportunidades.
La problemática ambiental es multifactorial ya que intervienen, además de componentes naturales, aspectos sociales, políticos, económicos y culturales, al configurarse una problemática sistémica circular y recurrente. Es el caso de la transición energética y la economía baja en carbono en un escenario urbano descontrolado con congestión vehicular, donde la urgencia por la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero, se ha convertido en un motor de empleos ya que las tecnologías verdes y especialmente las energías renovables, gozan de gran demanda.
Es sabido que los asuntos que atentan contra la sustentabilidad pasan por el modelo de crecimiento económico soportado en el consumismo y la inexistencia de controles ambientales que contribuyen al deterioro social y ambiental, ya que pese a importantes avances sociales como el incremento en la esperanza de vida, también el crecimiento demográfico con esas pautas trae consecuencias medioambientales inconvenientes: a modo de ejemplo está la relación circular grave de la degradación ambiental, ya que la pobreza extrema empuja a la sobreexplotación del entorno para satisfacer necesidades básicas.
En consecuencia, dado lo anterior, si en el mercado laboral de todos los campos se están demandando profesionales con “talento verde”, habrá que replantear el perfil de nuestros graduados para formar profesionales en competencias con modos de pensar y habilidades proclives a la sustentabilidad, dotados de una visión holística de su profesión y entorno que permita implementar el uso eficiente de los recursos de su organización, para atenuar el impacto en el ambiente y producir bienes y servicios de excelsa calidad.