Otra Feria de Manizales que terminó y sirve para seguir escribiendo la historia de la ciudad. De su edición 68, como antesala a los 70 años, hay que decir que varias cosas se deben conservar porque a pesar del tiempo siguen funcionando, pero hay otras que definitivamente deben modificarse ya que le siguen restando puntos a un evento de esta categoría. En líneas generales fue una Feria positiva, que logró mantener actividades abiertas a todo tipo de público, en una buena proporción sin ningún costo, que es parte de lo que la hace tan atractiva a diferencia de otras del país que cobran por el ingreso en toda su programación.
Se cumplió además con los eventos tradicionales: la Temporada Taurina, con excelentes carteles y buenas ganaderías, a cargo de Cormanizales y celebrando los 70 años de la Plaza de Toros de Manizales; el 53 Reinado Internacional del Café, con sus desfiles y desplazamientos a municipios vecinos; todas las actividades y competencias deportivas, la mayoría que llevan años de ejecución y siempre son esperadas y sorprenden; las presentaciones artísticas en escenarios públicos, barrios y veredas; las exposiciones, entre ellas la 51 Feria Artesanal que se ha ganado el reconocimiento nacional e internacional. La asistencia que se vio en cada uno de ellos, entre locales y turistas, confirma que siguen siendo del gusto de las personas y no hay por qué hacer cambios sustanciales, más allá de darle algún toque novedoso.
Complejo lo que se vivió en la 39 Cabalgata de la Feria, que sigue polarizando criterios. Los animalistas no pueden dejar de reconocer que esta edición fue mucho más organizada y con mayor vigilancia. Con seguridad hubo excesos de quienes no saben controlar situaciones como el consumo de licor, que estaba prohibido, pero a pesar de ello se vio en todo el recorrido. 1.545 caballos inscritos con sus jinetes y miles de personas viendo su paso, son una demostración de que es un evento que no debe eliminarse de la programación de la Feria, pero los caballistas deben ser más conscientes de acatar los requisitos y no causar caos en la ciudad, dentro de lo que se incluye tener que agilizar más el paso.
Tener en la programación actividades extremas sigue resultando atractivo entre el público joven. Sin embargo, los dos incidentes ocurridos en el Bag Jump ubicado en el Complejo Deportivo Palogrande, que dejan dos personas lesionadas, una adulta de 36 años y otra menor de edad de 13, tienen que alertar a la Alcaldía. Hay que ser bastante estrictos en la entrega de permisos y en la exigencia de pólizas y requisitos de seguridad. No puede haber ningún descuido. Como también tiene que darse un mayor control en el evento Fondas y Arrierías, donde ya se volvió frecuente que las autoridades tengan que intervenir por exceso de asistentes, y hay que determinar el nivel de ruido que se les permitirá a las actividades nocturnas, que este año fueron motivo de quejas, así se haya estado de fiesta.
A esta Administración municipal le corresponderá planificar, organizar y ejecutar la 70 Feria de Manizales. Desde ya se deben empezar a realizar gestiones para que esa sea una edición fuera de serie, inolvidable. Importante sería que le dejara algún activo a la ciudad en reconocimiento a permanecer 70 años haciendo ferias. La que viene en el 2026 debe ser preparatoria, pero sobre todo que corrija lo que le sigue dejando lunares, y además que vuelva a cautivar a quienes, desencantados, prefieren salir de la ciudad durante la semana de Feria.
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