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Foto | www.freepik.es | LA PATRIA | En caso de presentar síntomas, evite el contacto con otros. Podría contagiarlos con el virus que está gestando.

Los excesos navideños pueden complicar las festividades y afectarlo orgánicamente, por lo que vale la pena tener algunas consideraciones para no enfermar y dañar la propia celebración o la de otros.

Tenga en cuenta que toda acción tiene una reacción y, en este sentido, en los sistemas corporales -más temprano que tarde- van a aflorar manifestaciones de los desfases de la temporada.

La comida de más, el trago en cantidad, la falta de sueño, los cambios bruscos de temperatura, estar mucho tiempo de pie, son algunas de las situaciones a las que suelen someterse los ciudadanos y que van sumando para mal.

LA PATRIA entrevistó a dos especialistas en salud, a los que se les consultó por los órganos que más se afectan en diciembre. Álvaro Augusto Zuluaga, experto en reanimación cardiopulmonar; y a Fabián Puentes, gastroenterólogo de Unión de Cirujanos, hablaron del asunto al que debe prestársele atención.

 

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Por el clima

Zuluaga, que también es terapeuta respiratorio, sugirió que -por estas fechas- los cambios bruscos de temperatura, es decir el clima variante, puede generar una seria afectación en las estructuras del sistema (pulmones, faringe, laringe, amígdalas, etc).

"Eso hace que los virus y las bacterias tengan mayor proliferación. Así se dan infecciones recurrentes, más si no se tienen los cuidados necesarios. El uso del tapabocas es esencial, si se está enfermo; o para evitar estarlo", dijo.

Zuluaga advirtió que el uso de la pólvora, el humo que sale tras su quema, resulta irritante para las mucosas. Explicó que esto las inflama y hace que se produzcan mocos y alergias o se exasperen los cuadros de asma, rinitis, entre otros.

"Hay hábitos alimenticios que tenemos en diciembre que incrementan la histamina del cuerpo y esto hace que el sistema respiratorio aumente el moco y se congestione el paciente".

El experto instó a quienes desarrollen síntomas gripales o de este corte, a usar tapabocas y a no salir -en la medida de lo posible- de la casa, esto para evitar la diseminación de la condición, cualquiera que sea.

"Esto disminuye el riesgo de que haya una epidemia de infección respiratoria, por ejemplo. Así vamos a ayudar mucho a la población", resaltó mientras contaba que los más propensos a enfermar son los niños y los adultos mayores.

Zuluaga sugirió, como bueno, el consumo aumentado de vitamina C en estas fechas. Contó que así se fortalece al cuerpo para que rechace cualquier microorganismo que lo ataque.

Puede ser que se ingiera una presentación farmacéutica de esta vitamina o que se tome de manera natural, como se encuentra en la guayaba, en la naranja, el limón, la mandarina, el maracuyá, la papaya.

"Hay que evitar el consumo de tantos azúcares refinados y de lácteos, que aumentan el moco. También se vale usar chaquetas, sacos, bufandas, cuando hay que movernos de un lado a otro para evitar el frío repentino".

 

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Lo gástrico avanza a otras áreas

Puentes reconoció que, en diciembre, el sistema gastrointestinal y el hepático sufre el embate de las comidas navideñas y las bebidas alcohólicas, que llegan en exceso con las fiestas.

"Eso no es que esté mal, porque no es una cosa que hagamos todo el año. Pero sí hay que tener cuidados, para que no nos veamos muy afectados con serias consecuencias a futuro".

Él agregó: "Lo que recomiendo a los pacientes es ser cautos en el desorden que se va a tener. Es imposible negar que uno casi todo el año está esperando que llegue diciembre, para comer lo que se come en este mes".

Puentes mencionó que en el ingerir natilla, buñuelos y otros platos tradicionales como la morcilla y los fritos, tienen un gran componente emocional que recuerda a la infancia, a la casa materna, a las festividades de antaño.

"La comida navideña, no por ser navideña, es que sea más mala. Lo que nos castiga muchas veces es el desorden, que estamos comiendo a deshoras. Eso lleva a abusar de la cantidad".

Preocupa sí, según el profesional, el abuso del alcohol, toda vez que este conduce a una pérdida de reacción. Es que este interfiere con el correcto funcionamiento del sistema nervioso (ver recuadro El alcohol, regulado).

Sobre la creencia generalizada que hay que purgarse después de las festividades, Puentes puntualizó: "No existe ninguna evidencia científica que asegure que después de las festividades tenemos que desintoxicarnos".

El gastroenterólogo añadió: "No es que la natilla tenga un componente que nos toxifique, ni que el buñuelo vaya a dejarnos enfermos. Son comidas que tienen muchos ingredientes que son de tiempo atrás".

El experto llamó nuevamente a la regulación y a tener cuidado en la manipulación de los ingredientes durante las preparaciones. Dijo que no es pecado comer natilla industrializada, que el problema está en abusar de ella.

"Hay que freír los buñuelos en aceites frescos, no en aquellos que se reutilizan una y otra vez. Más allá de eso no hay ninguna necesidad de desintoxicarnos, el propio cuerpo se encarga de eso. Nuestro hígado, nuestros riñones, eliminan todos los excesos".

La purga no es sugerida, según Puentes, a menos que se esté en una zona de aguas insalubres. Ese concepto que se tenía de desparasitarse está devaluado, pues del mismo modo que el fármaco entra a acabar con los microbios, entra a eliminar con la microbiota benéfica del organismo, fundamental para ciertos procesos orgánicos.

 

Excesos en Navidad

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Dosifique lo que come. Ingiera las preparaciones en horarios estimados y evite servirse de más.

 

La pólvora, a metros

Dígale no a la pólvora. Quéjese de la fabricación, venta o uso de este material con las autoridades. Llame al 123, opción 2. Si tiene accidentes, pida ayuda en el 132 (Cruz Roja) o en el 119 (Bomberos).

 

Regule la ingesta de bebidas alcohólicas

No está mal brindar, si alguna condición médica no se lo impide. El problema está en si se pasa de copas. Regule lo que toma y esté atento a evitar el alcohol adulterado, que conduce hasta la muerte.

"Puede contener metanol, que es extremadamente tóxico. Su ingestión provoca síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal y, en casos severos, ceguera permanente o la muerte", dijo el médico Eduardo Verbell, asesor de Coosalud EPS.

Tenga en cuenta que el alcohol anómalo puede contener productos químicos industriales, que causan daños irreparables a órganos vitales como el hígado y los riñones. Este atento, compre solo en sitios autorizados.

Cuando esté bebiendo, revise que al producto adquirido no le hayan alterado sus etiquetas y que el líquido sea del color habitual. Partículas suspendidas en este deben llevar a rechazar el producto. Si desarrolla síntomas, acuda al médico en el menor tiempo posible. Eso puede salvarle la vida.

 


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